Resistencia en el flanco débil

julio 10, 2011

El Artista, ese Ser Superior... tan gilipuertas


París es la polla. Al parecer. Primero fue Hemingway que dijo aquello de que "París era una fiesta, cojones", una cosa de mear y no echar gota, vamos. Después vino Miller, Henry Miller: "París es para los follarines y sus putas"; aquí la irregularidad del chorrillo se debía a las purgaciones, las venéreas gloriosas y toda esa pamema. Luego vino Hitler: "París será mía o no será", y cuando le vio las orejas al lobo yanki la mandó incendiar, pero lo dejaron tirado los subalternos y la ciudad de la luz se quedó como estaba; ahí fueron los parisinos los que no mearon en una semana, que andaban con el culillo encogido de puro terror. Inmediatamente llegó De Gaulle y con el pecho inflado de autosuficiencia se sacó del bolsillo de la guerrera la gran frase para la posteridad: "¡Yo liberé París!"... Eso sí tuvo gracia. La madre que lo trajo. Y los americanos a su espalda, observando, de brazos cruzados y mirando la hora, con la cara de palo y la gota de sudor perpleja. No les salía el meo de pura estupefacción. Después fueron los años de la guerra fría y nadie estaba para hostias, todos con un pie en el puro cague apocalíptico y el otro en el refugio nuclear. Hasta que llegó Vila-Matas y soltó lo de que "París no se acaba nunca", entre otras cosas porque Marguerite Duras le perdonaba el alquiler si él le soportaba la cháchara. Bien. Vale. De acuerdo. París y la metaliteratura, esas madejas infinitas con las que tirarse el rollo hasta los restos... Y ya finalmente llega Woody Allen y también dice la suya: "París bien vale una quijotada". Pues vamos a ello... Más en detalle, lo último de Allen es la quijotada del esnob recalcitrante, Don Veleta, Don Voluble, el sueño del mono loco del no sé lo que quiero porque nada de lo que tengo me satisface y sólo me la pone dura lo que no puede ser, pero mira cuánto he leído y tú no, mierdecilla, y por eso merezco vivir en la irrealidad y la ensoñación más que tú, mindundi, que trabajas en un macdonals y no te sacaste ni el graduado escolar... Midnight in Paris es una película quijote porque es para marisabidillos e iniciados y a la vez se ríe de los marisabidillos e iniciados, los machaca. Su protagonista es un gilipuertas. Y por eso gilipuertas son también las caricaturas de todos sus mitos, sus molinos de viento convertidos en gigantes de pacotilla. Hemingway gili. Dalí gili. Scott Fitzgerald gili. Gertrude Stein gili. Picasso ni siquiera gili, simplemente subnormal. Allen ya no se conforma con reírse de su jeta de feo, que es lo que lleva haciendo toda su vida, ahora también se apedrea con saña, a sí mismo y a los de su calaña, entre los cuales me incluyo. Me parece bien el correctivo. Intelectualoides que nos pensamos de otra pasta, somos todos una buena panda de idiotas contumaces.


2 comentarios:

Beatriz Peñas dijo...

Ni eso lo hace como es debido. Nada. Fuera. No hay espacio. No he creado yo al sistema, pero eso es lo que hay. Estamos apretados y alguien tiene que dejar pasar. En este caso, la tercera edad no tiene porqué tener preferencia, que esto no es el autobús, ¡Cojones!.

Maite dijo...

París no es la polla, es la polla de la polla. La fugaz eternidad de la Casablanca que usted no nombra porque no hace falta y porque puede que le parezca cuenta de otro collar.

Hace tiempo un compañero a propósito de un viaje a Francia por trabajo me dijo:” ¡Por fin voy a probar un croasán francés!” y yo voy y le hablo de Versalles, me faltó decirle que no se perdiera la fuente de Latona... Hay que ser cretino... Idita no , cretino que es igual pero no es lo mismo...

¿ Leyó a Umberto Eco hablando sobre la imbecilidad?

http://www.filosofia.mx/index.php?/perse/archivos/dialogo_entre_umberto_eco_y_jean-claude_carriere)

Saludos de un cretino contumaz.