Resistencia en el flanco débil

mayo 26, 2009

Rotundidad y Alevosía o las Armas de Seducción Masiva que Dios te Dio


Viene M. y suelta: "Anda que están las calles como para darse una vuelta... ¡Cada segundo que pasa son tetas que no sobamos!". Y hasta aquí la anécdota —y toda una filosofía de vida, no por utópica menos iluminada— sólo él y yo sabemos si real. A partir de aquí, la paranoia. Que empieza con paradoja, con aporía, nada original por otro lado, sólo cambiar tortuga por tetuda y ahí lo tienes: "Zenón de Elea de Mario Salieri", y he aquí un guiño sólo aptos para gourmets, me temo, todos ellos machos y adictos al pornotube.


Pero es verdad, qué cretina y carente de toda teología y geometría la vida esta, en la que por muy Aquiles que se tenga uno o se pretenda, nunca ha de alcanzar a la tetuda de marras. Sus lúbricos pezones estarán siempre, como poco, media zancada por delante. Medio paso inalcanzables. El par de sonrosadas gemelas. La infinita divisibilidad del espacio siempre jugará en contra de la trempera. Ya lo dijo Parménides, otro natural de Elea con vista de lince y paquete de toro, viendo pasar a su vecina de al lado de camino al mercado, a comprar alcachofas: "¡Menudo par de flaming energy balls se gasta usted, doña Clitemnestra, óigame ya!". Y que lo en apariencia garrulo y anacrónico y apócrifo de semejante lapidaria cita no os conduzca a engaño sobre este particular, ya que si bien es cierto que en aquel helenístico entonces no había guonderbrás, también está más que estudiado —MIT mediante— que el aceite de oliva virgen extra y la dieta mediterránea han hecho subir el bizcocho pectoral femenino como Magdalenas del Paraíso. Eso y que ya está bien de vender la moto de que a pies del Partenón todo era un no parar de encularse los unos a los otros, qué coño.


Malo malo el verano, sobre todo cuando no tiene uno de dónde agarrar... Releo al compás del segundo café de la noche y no doy crédito, cuánto he cambiado a pesar de heberme desvirtuado tan poco, y justo después, como vómito, el pensamiento de que si me leyera mi padre me daba dos hostias. Pero no. Por su parte ya no hay cojones ni fuerza. Y por la mía no habrá oportunidad. Soy un deslenguado. Un arribista. Un atroz. Ahora ya tenéis a vuestra disposición los comentarios. Aportad cada cual vuestro exabrupto. Pero no me os pongáis estupendos ni tiréis de pirotecnia diccionaria, que al fin y al cabo sólo van a salir en pantalla los insultos que yo crea son de mi talla. Dios es justo y es magnánimo y es autista, un subnormal del quince con los mocos al aire; a quien no le da tetas le de hipocresía. Y a quien ni una ni otras, rotunda capacidad masturbatoria. Lo demás son ministros.






mayo 24, 2009

Inconditional Surrender

Con delay de una semana, boletín de noticias del mundo de los vivos. Supuestamente vivos. Parece que el bulo del cambio climático tendrá que apañárselas a partir de ahora sin Mario Benedetti, quien era, por un decir, buen segunda base, aunque no entiendo ni repajolera de béisbol. Que estaba bien, vamos, lo justo y correcto, se podía confiar en él hasta cierto punto, no te digo que no, pero no creo que te ganase una Champions ni te consiguiera cita con ésa de ahí, sí, ésa, la de labios como meandros de orgasmática sincronía. Y no sé, tal vez asociar "labios" —"sonrisa", por tanto— a "meandros" es de todo punto inelegante y nada expresionista y en exceso simbolista y además escatológico, pero ahí se va a quedar un buen rato, quietecito y a callar.

Conque Benedetti out en la sexta entrada, para él ya no habrá tregua que valga. Bueno, y qué, como dijo Anthony Burgess, ya viviste lo tuyo. Podrías haberte retirado tan dignamente cuando a gritos te lo pedían las arrugas encallecidas del páncreas. Pero decidiste arrastrar la osamenta reventada —mil veces recompuesta tras el amanecer fotocopiado— por los peores campos de la Segunda División del no saber decir basta. Hasta aquí. Prueba de que no fuiste más que una entre tantísimas estrellas de ordinaria magnitud aun en el punto álgido, cenitesco, de tu historia, es que ha sido diñarla y empezar la basca a pedir tus libros. Cuando los grandes estiran la pata nadie compra sus títulos. Los de verdad grandes no están hechos para la plebe. No son alimenticios. De vez en cuando, claro, se deja caer el tipo raro, ojos triquiñuelos en torva mirada, y se planta en la calle con lo último del último muerto, el último Grande Caído, y tú sabes que aquí el interfecto es un ente peligroso —un igual—, un francotirador como poco, y un homicida en potencia por extensión.

Gore Vidal, por ejemplo. Éste sí un espíritu crítico de primer orden. Muy mayor ya y muy achacoso, hecho cisco, por ahí anda. Podría ser el próximo obituario. Hagan sus apuestas. Aunque a éste seguirán sin conocerlo más que los tres locos estratégicamente distribuidos. Como ahora yo, leyéndelo en Palimpsest: a memoir:
"Palimpsesto: estratos arqueológicos de una vida que debe ser excavada, al igual que las diferentas capas de Troya, donde en algún lugar profundo de todas esas ciudades amontonadas sobre otras ciudades uno espera encontrarse con Aquiles y su amado Patroclo, y con toda esa furia con la que dio comienzo nuestro mundo".

Y ahora venga, todos esos Negropontes de medio pelo a meterse la Wikipedia por el culo.

mayo 20, 2009

Círculos de Bosta

viñeta: elreydespaña

He perdido el tono y el tempo, y sobre todo el ginseng arquitrábico que lo sostenía, le otorgaba el empaque, le ponía la rabia y el nervio y el canino con hambre de bala perdida. Es cuestión de cansancio, creo, cuestión de marasmo, supongo. La vida ésta, ¡sus muertos!; la ciudad ésta, cochina; que todo lo pudren, desde el tuétano hasta la coraza, y me cago en la mar salada del Atlántico Norte, ya de paso. Esto es más que nada por estar aquí, hacer acto de presencia, que no de sustancia, porque decir, lo que se dice "decir", no vengo a decir nada, más o menos como siempre, aunque hoy ni siquiera está esa ilusión engañada, ingenua y ridícula, de pensar o pretender que se viene a aportar cierto sentido o sustento o tabla de planchar las ideas esquivas, las ideas frenéticas como espermatozoides con síndrome de tourette soltados al ruedo yermo de la paja fetén. Y esto viene a cuento, también, de hacer tiempo hasta que suba el café, la cafetera empiece con su borborigmo cabrón a las casi tres de la mañana, me mienten la madre los vecinos, todo eso que se suele entender por tener un piscópata hijo de la gran puta a ran de tabique. Un enseñorear los teclados para no acabar aventando sino rastrojos. Escucho Tool, mientras tanto, que es lo que hay que escuchar si se es persona de bien y se pretende, además, acabar con el mundo a corto o medio plazo. Me paso por le forro los puntos y aparte, los párrafos, las mayúsculas con prerrogativas y los puntos suspensivos con aires de verlas venir. Esto es todo cuanto da de sí una mente extenuada de sí misma, atiborrada de sus circunstancias. Siento en la nuca el frío cañón del cuello de botella, a puntito, caliente caliente, orillando el gatillo fácil. Demasiada letra y demasiada viñeta y demasiado celuloide y demasiada mujer en extremo reguapa caminando las calles. Mucha teta al aire también, para qué engañarse. Se hace uno el alma un lío y la picha un nudo para no soltar la carga de nata en mitad de la hora del té, arruinando las visitas, luego todo son diretes y dimes y sueños lúbricos de mujer casada y hace ya tanto intocada. Se me van la olla y la polla, en este orden, y no es de extrañar, porque me leí la semana pasada una basura frugalmente pastosa y termonuclearmente almibarada, a la que han dado sonante y chocante premio literaturístico —por no añadir "de circo"—, además de lugar preeminente en todos los quioscos, cuya única frase de mérito en 120 páginas suena tal que así: "Hay gente cuya mirada es un vacío desolador", y ésta aún entiendo que debió caerle al menda en la mochera por pura estadística, es decir, que a fuerza de tirar uno ciento y mil dados de proposiciones al tapete del intalento a fuerza de probabilidad te ha de salir un doble seis de tanto en cuando. Y aquí ya me despido por hoy, no sin antes constatar que se acabó el ser buen nene y contemporizador, aquí van a rodar cabezas y quién sabe si no también algún cipotín poco vistoso. Y que si promueves el optimismo, la amistad, el fomento de las nuevas tecnologías y la sostenibilidad, y además en el jurado plantas a Boris Izaguirre, sale lo que sale: MIERDA con mayúsculas ni siquiera biodegradable.




mayo 11, 2009

Ficciones para la supervivencia rasante



A vueltas con Ballard... La revista electrónica Saco de mentiras. Ficciones para la Supervivencia acaba de subir su número 5, un extensísimo y rico especial sobre el autor de Crash y El Imperio del Sol. Todo un honor formar parte de la nómina de colaboradores de dicho especial, compartiendo cartel con firmas tan reputadas como Juan Franscico Ferré, Juan Carlos Planells, Juan Manuel Santiago, Julián Díez, Santiago L. Moreno o César Mallorquí, entre otros. Sólo me queda recomedaros a todos que os deis un garbeo por allí con el más ballardiano y perverso de vuestros reptilianos instintos, y por supuesto agradecer a Manuel Ribera, coordinador de la revista, el haber pensado en mis letras para este estupendo homenaje al genio de Shepperton.

mayo 04, 2009

Sumidero 5



Para ser este un Universo de un esencial tan entrópico es de recibo reconocer que no adolece de ciertas misteriosas sincronicidades que lo entregan a uno a la reflexión, por lo menos durante, fácil fácil, tres minutos, quién sabe, puede que más... El mismo día que Café Cadáver publica su entrevista a Agustín Fernández Mallo en la que, más por azar que por ventura, acabé teniendo un algo que ver, me entero, también más por azar que por ventura, de que el autor de Nocilla Dream se ha llevado el finalista del Anagrama de ensayo de este año con Postpoesía. Hacia un nuevo paradigma. Más allá de los gustos y las preferencias de cada cual, está claro que este hombre se las está ingeniando para remover el lodazal literario patrio, y bien está que así sea, por mi parte no puedo sino aplaudirle... ¡Olé sus huevos afterpop! Y todo eso.


Respecto a la entrevista poco que añadir salvo que la leáis, coño... ¡ah! y, claro está, agradecer al buenazo de Luis M. Are el haberme ofrecido la oportunidad de haber podido dar forma a mis locuras en forma de tercer grado. Por supuesto, como no podría haber sido de otra manera, aunque las preguntas a Mallo no lleven firma, salta a la vista que mías son las seis que parecen el producto de la mente de un auténtico tarado...


Y ya que estamos, por no abandonar estas endogamias y egomanías nuestras de cada día que tanto nos hinchan el pecho y tan diminutos nos hacen, daros noticia de que en este mismo número de mayo del Café Cadavérico, aparece asimismo un poemo de este servidor, La Bestia de la Guerra, en el que procedo a la insana coyuntura de cagarme en el amor, mentarle la madre a la nocturnidad, también mearme en el jodido Asimov, y, cómo no, para no perder la costumbre, porculizar a esta Ciudad Muerta que me parió.


Y vale ya, me marcho a por un café y un emparedado de nocilla, que esta noche toca raid con bombas de uranio empobrecido...