Resistencia en el flanco débil

junio 23, 2008

Una; Grande y Semifinalista

Intento abstenerme a este impulso que tira, me empuja a ponerme al servicio de algo tan transitorio, más perecedero que todas las frutas o los peces abisales. Pero yo también, me digo. También formo parte del invento, esa máquina inmoral. Todos, de hecho. Así que mi único modo de detonarla, tal vez, ha de ser por fuerza desde dentro. La servidumbre primero. El sabotaje después.

Esta página que ni siquiera es página, tiene de papel lo que el día de ayer tuvo de gesta, que es nada, como nada podrá, lo sé, contra todas las páginas que ayer se redactaron, de madrugada se imprimieron, y esta mañana, temprano, han comprado muchos más de los de costumbre. Y ya a estas alturas de día cuelgan de las paredes de los adolescentes o envuelven el pescado de comensales de más bien baja estofa. Semifinales al fin. Y en los penaltis. E Iker, pese a su olor de santidad, no ha de vivir para siempre. Hoy, más que nunca, y al menos todo lo que dure la vida hasta el jueves noche, España vuelve a ser la que fue, aquélla tan temible y de tan temibles mayúsculas, en la que no se ponía el sol.

Detrás de los titulares, como es de recibo, como ocurre con todos los sueños exógenos, lo que les falta de auténtico les sobra de manufacturado, una cifra: 16 millones conectados a la caja tonta, postergándose hasta el pitido final. Un récord. El Récord.

La sombra de siempre. El cochino dinero... En este mismo instante, mientras leemos, los cálculos sobre la pizarra: semifinal; 17, 18 millones...; y la final, si la ganamos, dando por hecho que también a los penaltis; los 20 pelados. Nos quedarán la mitad, otros 20 ahí afuera, desconectados.

"Pues entonces está claro, habrá que empezar a pensar en sacarnos de la manga el Rollerbol..."

MicroPoemos de la Era PostNocillar, 2008






junio 19, 2008

Lunes, 8

De todos es conocido, el domingo fue un día por entero dedicado al saberse ocioso, al tumbing, al mostrenco entrenar la habilidad digital para el mando a distancia. También de mucho pan con nocilla primero y mucha nocilla a palo seco después; el Índice diestro —a la par que siniestro— rebañando los potes hasta dejarlos vidrio apto para reciclaje. Por eso el día siguiente, octavo de la ristra —lunes para más inri—, fue tan difícil. Pegado a la taza del inodoro en espera del Crucial Advenimiento, no se atrevió a abandonar la periferia del lavabo hasta haber finiquitado el prosaico Alumbrar. Tanta crema de cacao con avellanas no podía acabar sino en hongo-bosta apocalíptica, pedorreta crepuscular, Gran Cagalera TermoNuclear. Hasta que al fin, cuentan las NeoEscrituras, se descolgó sumidero abajo la Destructiva Deriva —ese Untuoso Ñordo Chocolatero—, auténtico tsunami vengador de proporciones bíblicas, orillando además los 3000 y más Megatones de poder y hedor destructivos.

Y es por eso que el martes que siguió, noveno de la antigua cuenta, es conocido hoy como el Día 1, Zona 0, de la Era Post-Nocillar, y la Historia de la Entera Humanidad se resume en las veintipoco horas que dura un divino tránsito intestinal. Este cagar de Dios que nos malparió a todos.



MicroPoemos de la Era Post-Nocillar, 2008



junio 06, 2008

Qué emocionante


pasar dos horas en un café
repleto de almas gritonas
inmerso en un buen libro
y que de pronto se te acerque
una tía buena
sonrisa increíble
al aire
cuarto y mitad de tetamen
y te pregunte
¿Está ocupada esta silla?
y tú respondas
No
aunque en realidad estés pensando
Mierda...


***

Qué emocionante
vivir aquí
habitar esta ciudad muerta
de reminiscencias penitenciarias
en la que puedes
—ojo al detalle—
poner el reloj
en hora
sólo con ver cómo todas
las cucarachas
de humanas extremidades
se encierran en sus agujeros
a ver la tele
inflarse de pitanza
y contar la calderilla remanente
del monedero.


***


Qué emocionante
volver a vender las horas
y las vértebras
a precio de usura
estar de nuevo en la rueda
machucante
del tengo un sueño
necesito dinero
y comprobar que no ha cambiado nada
que la turba apenas lee
pero sí en cambio compra más libros
que nunca
porque rellenan bien los huecos de los estanterías
en invierno aguantan el calorcito
dan lustre al apellido ante las visitas
y al fin y al cabo no se pierden gran cosa
pues los editores siguen a lo suyo
editando más basura
que letra
nunca en papel reciclado.


***


Qué emocionante
llegar a casa hecho una piltrafa
tras ocho horas de condena laboral
dieciséis de asco psicosocial
y tomar consciencia de que el buzón
vacío
es esa tan clara metáfora de una
vida
la tuya
que de puro hueca
insustancial
podría acabar
qué se yo
mañana mismo
por cáncer
por suicidio
o acceso despollante de botulismo
cartesiano
y que nadie el día después
lo sabes
—salvo tu jefe, quizá:
"¡Dónde está ese jodido cabrón!"—
te iba a echar en falta.

***

Emocionante
escribir invectivas por la mañana
en esta sagrada media hora
de lucidez
que sucede al café con leche
y precede al alma hecha grillete
los únicos treinta minutos al día
al año
que pueden aspirar a oler a algo
ligeramente similiar
a la victoria
y me doy cuenta:
podría seguir despotricando así
durante páginas enteras
pero que este aborto de poema
hace ya cinco versos que se agotó...
Y encima voy a tener que cambiar el
maldito título